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lunes, 23 de enero de 2017

LUGARES TURÍSTICOS DE AFRICA
Mosi-oa-Tunya: Las Cataratas Victoria 

La espectacularidad de las Cataratas Victoria no sólo radica en el enorme caudal de agua que desplazan, que puede aumentar hasta diez veces en la época de lluvias, sino también a la abisal fosa de casi dos kilómetros de ancho que el Río Zambeze ha labrado abriéndose paso a través de la meseta de roca basáltica durante miles de años, moldeando estos imponentes cañones. El explorador escocés David Livingstone las bautizó con el nombre de la reina Victoria, aunque localmente se las conoce como Mosi-oa-Tunya, un nombre que podría traducirse como "la niebla que truena", debido a la inmensa cortina de agua pulverizada que se difumina en su espectacular caída, sumado al encolerizado rugido que originan sus quinientos millones de litros de agua por minuto desciendendo hacia la profunda sima.


Las Cataratas Victoria, en la frontera entre Zambia y Zimbabue.
Stefan Magdalinski 


Las Cataratas Victoria, en la frontera entre Zambia y Zimbabue.
Pius Mahimbi 


Las Cataratas Victoria, en la frontera entre Zambia y Zimbabue.
Gustavo Jeronimo 


Las Cataratas Victoria, en la frontera entre Zambia y Zimbabue.
Christiaan Triebert 


El mar de dunas de Erg Chebbi 

El vocablo "erg" se emplea para definir las zonas arenosas del desierto del Sahara, donde las dunas se extienden hasta donde alcanza la vista. Un término que se contrapone a "hamada", el nombre que reciben los desiertos pedregosos. Las dunas de Erg Chebbi conforman el único erg del Sahara en Marruecos. Un mar de dunas que se extiende a lo largo de veintidós kilómetros. Un oceáno de arena que es el resultado de la meteorización de las rocas, pues son fragmentadas hasta minúsculos tamaños debido a los severos contrastes de temperatura, obligando a las rocas a dilatarse de día y contraerse de noche, provocando su fragmentanción. Un lento proceso que se ha prolongado durante miles de años, mientras el viento se encarga de transportar la arena a grandes distancias, dando forma a estas interminables y bellas dunas.


Las dunas de Erg Chebbi. Desierto del Saharam Marruecos.
Rosino 


Las dunas de Erg Chebbi. Desierto del Saharam Marruecos.
Rosino 


Las dunas de Erg Chebbi. Desierto del Saharam Marruecos.
Rosino 


El Lago Nakuru: La belleza salvaje de Kenia 

El naturalista y ornitólogo americano Roger Tory Peterson, uno de los pioneros del movimiento ecologista del siglo XX, describió el parque nacional como "el mayor espectáculo de aves en la Tierra", pues Nakuru es, sin lugar a dudas, el más famoso y bello de los lagos del Gran Valle del Rift de Kenia. Aunque las aguas del lago son muy alcalinas, en ellas habita una gran abundancia de algas y zooplancton, que atraen a miles de flamencos. En algunas épocas del año más de un millón de estas aves anidan en sus costas, conformando un asombroso espectáculo de color y vida. Además, en los alrededores del lago y formando parte del parque nacional, los bosques y pastizales integran un santuario para los grandes mamíferos en peligro de extinción, como la Jirafa de Rothschild o los rinocerontes blancos y negros.


Parque Nacional Lago Nakuru. Kenia.
Wendy Lin 


Parque Nacional Lago Nakuru. Kenia.
Uzi Yachin 


Parque Nacional Lago Nakuru. Kenia.
Paul Mannix 


Parque Nacional Lago Nakuru. Kenia.
IUCNweb 


Parque Nacional Lago Nakuru. Kenia.
David Creighton 


Parque Nacional Lago Nakuru. Kenia.
Franco Pecchio 


Parque Nacional Lago Nakuru. Kenia.
Alan Green 


Parque Nacional Lago Nakuru. Kenia.
Xiaojun Deng 


Los arrecifes coralinos del Mar Rojo: Una exhibición de diversidad y color 

Cuando esta estrecha franja de mar de poco más de trescientos kilómetros de ancho se abrió hacia el sur hace varios millones de años, se convirtió en una aislada y gigantesca piscina del Océano Indico. Un mar que ha estado ligado a la historia de las antiguas civilizaciones y a leyendas bíblicas. Un lugar donde se encuentra uno de los mayores tesoros naturales de nuestra planeta: el mayor sistema de arrecifes del continente africano y el tercero del mundo. Pues en el Mar Rojo las plataformas coralinas se extienden a lo largo de más de dos mil kilómetros de las costas de Egipto, Sudán y Eritrea, albergando una exuberante vida marina y una auténtica exhibición de diversidad y color.


Los arrecifes coralinos del Mar Rojo. Gota Abu Ramada. Egipto
Derek Keats 


Medusas coliflor ( Cephea cephea ) en las aguas de Marsa Shouna. Egipto. Los arrecifes coralinos del Mar Rojo.
Derek Keats 


Pez payaso entre las anémonas. Los arrecifes coralinos del Mar Rojo.
Silke Baron 


Peces estandarte escolar ( Heniochus diphreutes ) , Egipto. Los arrecifes coralinos del Mar Rojo.
Malcolm Browne 


Tridacnidae en los arrecifes de coral de Egipto. Mar Rojo.
Andreas März 


El inmenso y perfecto cráter del Ngorongoro 

Ubicado al norte de Tanzania, en el corazón de la sabana, el cráter del Ngorongoro se alza imponente, integrando la mayor caldera intacta de un volcán que no se encuentra activo ni está inundado, presentando sus suelos cubiertos por pastizales abiertos y pequeñas zonas boscosas, por contrario a otros grandes cráteres del planeta que se encuentran anegados, conformando inmensos lagos. Un cráter que cobró forma cuando un gigantesco volcán colapsó sobre sí mismo hace unos tres millones de años, posibilitando este inmenso recinto natural que alberga una espectacular concentración de vida silvestre, conformando una de las grandes maravillas naturales de nuestro planeta. Aproximadamente, veinticinco mil mamíferos hacen vida sobre el extinto volcán, desde el rinoceronte negro al hipopótamo, la cebra de Burchell o el ñu, los antílopes y las gacelas, así como los búfalos, los elefantes, hienas, chacales o leones.


El cráter del Ngorongoro. Tanzania.
Harvey Barrison 


El cráter del Ngorongoro. Tanzania.
Harvey Barrison 


El cráter del Ngorongoro. Tanzania.
Ganesh Raghunathan 


El cráter del Ngorongoro. Tanzania.
Harvey Barrison 


El cráter del Ngorongoro. Tanzania.
Prasad Pillai 


Kilimanjaro: La cima de África 

El majestuoso Kilimanjaro y su mayor cumbre, el Kibo, reinan sobre estas tierras desde hace más de medio millón de años, conformando con sus 5891 metros de altura el punto más elevado del continente africano. Un coloso que nos muestra sus cimas cubiertas de nieves perpetuas, alzándose solitarias en medio de las planicies de la sabana, por lo que es conocido por los masai como "Ol Doinyo Oibor", que podría traducirse como la «montaña blanca» o «montaña brillante», debido a la refracción de la luz sobre sus níveas cumbres. Desgraciadamente, los científicos preveen que el Kilimanjaro, uno de los mayores volcanes del planeta, perderá sus mantos de hielo en un período de entre quince y veinte años debido al cambio climático.


Monte Kilimanjaro.
Mike McHolm 


Monte Kilimanjaro.

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